(Christchurch, Nueva Zelanda) La historia de la defensora Carol Sánchez es digna de destacar. La jugadora pasó en cuestión de dos meses, de estar con la incertidumbre de si volvería a jugar fútbol, a vivir su segundo Mundial Mayor.
Si bien los resultados de la Tricolor no han sido los esperados, la experimentada futbolista vive una experiencia especial. Hace poco aún estaba mostrando su inocencia en un caso de doping, y hoy ve su camisa número seis colgada en un camerino de un estadio mundialista.
“Estar aquí es un privilegio, lo más grande a lo que podemos aspirar como futbolistas. Estar en una cita de estas, es vivir una gran experiencia grupal, de ver otras grandes selecciones y hasta compartir con las mejores del mundo, creo que cualquiera lo quisiera tener en su vida”, dijo Carol.
Y añadió: “Fueron seis meses donde estuve en una montaña rusa, son muchísimas emociones que se viven acá. Siempre tuve la fe de que todo se me diera a favor y se me dio.
Todo lo que se vive en un Mundial, los entrenamientos, reconocimientos de estadios, la entrada a cada compromiso y hasta el cantar el Himno Nacional son detalles que hoy Carol aprecia más que nunca.
“A mi cuando me preguntan qué es lo más bonito que vivo cuando estoy fuera del país es poder ponerse esta camiseta y cantar el Himno Nacional. Eso es algo que cuesta mucho explicar, llorar es válido y es sentirlo de una manera muy bonita”, afirmó.
Y sobre el último juego ante Zambia (el próximo unes 31 de julio) indicó: “Planteamos las cosas para intentar ganar y ese es nuestro objetivo. Tenemos una oportunidad, la queremos aprovechar, queremos sumar de tres y queremos sentir esa alegría de poder decir: hemos ganado un partido en un Mundial”.
La Tricolor viajará este sábado por la tarde (hora local) rumbo a Hamilton, sede del juego ante las africanas.
