La vida es cuestión de actitud, es uno de los pensamientos que tiene el jugador de la Selección Nacional de Fútsala, Gilbert Garro, quien siempre sonriente y con alegría le hace frente la suya.

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Garro se describe como uno de los seleccionados más bromistas. Cuando ve que el ambiente entre sus compañeros es tenso trata de decir algo gracioso o vacilar a alguien para relajarlo.

Oriundo de Heredia, juega en la posición de cierre o ala y es uno de los seleccionados que está luchando por ganarse un espacio entre los 14 que viajarán al Mundial de Colombia el próximo mes.

El arroz con pollo es su comida favorita y si se trata de pasatiempos, el suyo aparte del jugar fútbol sala es ir al cine a ver películas de terror, también el teatro e ir a la playa.

Su segundo deporte es el voleibol, es el cuarto de cinco hermanos (Olga, José, Jimmy, Alonso y Tania) y su mayor inspiración son sus sobrinas, para las que quiere ser un ejemplo a seguir.

Gilbert Garro1¿Quién es Gilbert?
Es una persona muy alegre que trata, a pesar de los momentos difíciles, de tener una sonrisa en el rostro, muy luchadora y que trabaja fuerte por lograr lo que quiere. Por supuesto, bromista, me gusta molestar a mis compañeros en especial.

¿Cómo se describe como jugador?
Un jugador con mucha tranquilidad en la cancha, que tiene un buen remate a marco y que siempre trata de ayudarle al compañero; pienso más en lo grupal que en destacar de manera individual.

¿Mayores retos?
Ir al mundial es un gran reto y por el que he luchado desde hace unos meses tras una lesión. Quiero terminar los estudios, eso es una prioridad para mí, estoy por finalizar bachillerato y luego entrar a la Universidad a estudiar Ingeniería en Sistemas.

13256099_1021347011246915_4623292075772237345_n¿Cómo inició su amor por el fútbol y por qué fútbol sala?
Desde muy pequeño me gusta el fútbol, creo que es algo que la mayoría de pequeños nos gustan, a algunos se nos da la oportunidad de llegar a competir en esta disciplina. Yo inicié jugando fútbol 11 en las ligas menores de Herediano, luego se me dio la oportunidad de jugar sala y empecé a practicarlo.

Llegó un momento que tuve que elegir si practicaba uno o lo otro, tomé el riesgo y preferí sala. Es algo que nunca me arrepentiré, me ha dado grandes momentos, he crecido como persona.

¿El momento más difícil en su vida?
En lo deportivo fue una lesión que me despedía en ese momento del fútbol, fue un año y tres meses de lucha y mucha terapia, eso me enseñó a ser paciente y a madurar. Yo estuve a punto de no seguir porque ya estaba muy cansado pero decidí hacerlo y seguí. Unas semanas después pude jugar.