Poder atender todos los deberes del hogar, ser mamá de una bebé de casi dos años y estudiar traducción, combinados con el fútbol, es el mayor reto al que se enfrenta día a día la delantera nacional, Adriana Venegas.
Su mayor motivación, su hija Isabella, quien es por la que lucha para que un día ella se sienta orgullosa de su mamá jugadora.
Es amante a las pastas en salsa blanca, del voleibol como su segundo deporte, de escuchar música, ir al cine y poder salir con su hija a algún lugar a pasear y jugar.
Adriana es la única de las seleccionadas que cumple con un papel de madre. Dejar a su hija por cerca de un mes es muy duro para ella pero es consciente del sueño que va a cumplir y además confía en que su hija estará en las mejores manos, las de su mamá, Xinia Morales y de su prometido, Alejandro Villalobos.
Su pasión por el fútbol así como los tacos para jugar, los comparte con su hermana, Carolina Venegas quien también es jugadora de la Selección Nacional y una de las referentes. Ambas juegan en la misma posición, delanteras pero nunca se han visto como rivales. La felicidad de ambas está en que alguna de las dos esté en la cancha.
¿Quién es Adriana Venegas?
Una persona luchadora, que cuando se propone algo lo logra sin importar el sacrificio y lo fuerte que haya que trabajar para obtenerlo.
¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta?
Levantarme muy temprano todos los días para dejar lista a mi hija, los chupones para que mi mamá llegue a cuidármela y poder ir a entrenar. Si mi mamá no me la cuidara yo creo que no podría jugar fútbol.
¿A qué aspiras?
Pues a terminar mi carrera cumpliendo el sueño de jugar en un mundial y porque no anotar y después retirarme para poder dedicarme por completo a mi hija, mi futuro esposo y mi carrera profesional.
¿Cómo nació el amor por el fútbol?
El fútbol lo traigo, me apasiona desde que estoy en el kínder. Esto es un don que Dios nos da y he tratado de aprovecharlo al máximo.
Yo la impulse en ciertos momentos a que jugara, estoy súper contenta de estar con ella en la Selección y ahora que las dos vamos a estar en el mundial es una gran bendición. Mi relación con ella es muy buena, es una gran hermana y amiga. Además ha sido un gran apoyo en esta etapa como mamá, es una gran tía y madrina, realmente ama a Isabella.
¿Le costó recuperar la condición física después de los dos años si jugar?
Si pero el sueño siempre estuvo, cuando me di cuenta que estaba embarazada me puse a hacer ejercicios y natación con mi novio que es preparador físico, entonces eso me ayudó un montón. Y después igual seguí trabajando fuerte para estar en las mejores condiciones.