De Guatuso se habla por la calidad de beisbolistas y boxeadores que tiene, bueno, se hablaba, porque Katherine Alvarado vino a cambiar el mapa deportivo de ese norteño cantón.
Salió de Pejibaye de Guatuso, venció los miedos y las ansias de regresar, para convertirse en una referente del fútbol femenino y como si fuese poco, una de las capitanas de la selección nacional.
Aunque dispone de poco tiempo, ya que debe entrenar, jugar y estudiar, aprovecha el tiempo libre para ver televisión y escuchar música, sin dejar de lado la lectura.
Katherine es una joven sencilla, pero muy agradable. Su familia es del campo guatuseño, por lo que sabe muy bien lo que es convivir entre el ganado, la lechería y la siembra de su padre Don Luis Roberto Alvarado y su madre Ana Aguilar, quienes son su gran apoyo.
La volante, quien está sacando la secundaria, ya se vislumbra estudiando gastronomía, quiere ser profesional para ayudar a su familia, en especial a su hermana Ana Laura (10 años) en sus estudios.
Alvarado está las puertas de jugar su tercer mundial, ya que estuvo en el sub-17 de Nueva Zelanda 2008 y el Sub-20 Alemania 2010, todo esto con tan solo 24 años.
¿Quién es Katherine Alvarado?
Una persona muy sencilla, de familia de campo y luchadora. Nunca me doy por vencida.
¿A qué aspira?
Mis aspiraciones van enfocadas en este momento al mundial. Quiero que Costa Rica haga un buen papel, poder crecer como futbolista y persona, también deseo anotar.
Me gustaría tener la oportunidad de abrir una escuelita de fútbol en Guatuso, no hay ninguna y sí mucho talento.
Es lo que me apasiona, sólo el que lo practica sabe lo que se siente, el estar en una cancha y jugar por ese amor. El fútbol está en mis venas, somos una familia muy futbolera.
¿Cuáles son sus retos?
El hecho de haberme venido de mi casa muy pequeña, de siempre querer hacer bien las cosas por el sacrificio que mis papás hacen para que yo esté aquí.
¿Qué tan diferente es este mundial a los pasados?
Es diferente por la madurez que ya tenemos, somos muchas con la experiencia de un mundial y las que no lo tienen, cuentan con años de roce internacional. Somos una mezcla perfecta entre experiencia y juventud, tenemos un enfoque diferente de querer hacer las cosas.
Me lo he ganado partido a partido y proceso a proceso, siempre he sido una jugadora muy luchadora, nunca me he rendido. Soy una de la que más motivaba a mis compañeras y ellas de verme a mí siempre luchando, les ha dado la fuerza para también a lo último dar un aire más para correr.